Los servidores del Distrito trabajaron en jornada continua para aprovechar la tarde cívica.
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En el Distrito la jornada continua fue a contrarreloj para ver el partido

Aprovechando la tarde cívica decretada por la Alcaldesa.

Este jueves los empleados, funcionarios y en general  las personas que deambulaban por los pasillos del viejo edificio de la Alcaldía en el Paseo Bolívar de Barranquilla, no hablaban de otra cosa que no fuera del partido entre Colombia-Perú, el ambiente fue de total apoyo al equipo tricolor que esta tarde enfrentará a un duro rival, en el inicio de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018.

Parecía que la orden dada por la alcaldesa Elsa Noguera fue la de vestirse de amarillo o de rojo, con distintivos de la Selección Colombia, mientras que en los extramuros del viejo edificio oficial los vendedores de artículos deportivos, entre ellos banderines, gorras, cintillos, manillas, no dejaban de promocionar sus productos con el ensordecedor ruido de las vuvuzelas que esta tarde arroparán a los peruanos en su duelo contra Colombia en el estadio Metropolitano “Roberto Meléndez”.

La fiesta está prendida en toda la ciudad y los entes oficiales tal como la Alcaldía de Barranquilla y sus dependencias no escaparon a esta realidad, toda vez que esta es la casa de la Selección y por ende hay que apoyarla cueste lo que cueste.

Desde tempranas horas el Paseo Bolívar, corazón del comercio barranquillero se fue llenando de vendedores de toda clase de distintivos alusivos al partido, mientras que a la hora de dar sus  opiniones acerca del resultado de este encuentro algunos anunciaron el triunfo de Colombia por goleada 3-0, otros se limitaron a un corto, pero significativo 1-0 y lo cierto es que ninguno dio al equipo de  José Pékerman como perdedor.

Las apuestas callejeras no se han hecho esperar y cada segundo que pasa se calienta más el ambiente futbolístico en esta la “Puerta de Oro de Colombia”, como se le conoce a Barranquilla, la Casa de la Selección Colombia, convertida este jueves en un gigantesco estadio donde no se habla de otra cosa que no sea fútbol en el que todos quieren coincidir con el triunfo de su selección.

Los empleados y algunos funcionarios fueron llegando en forma graneada a sus puestos de trabajo este jueves 8 de octubre, apurando el reloj para que diera la 1 de la tarde, hora en la que dejarán de trabajar para irse a ver el partido en sus lugares preferidos. 

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